lunes, 10 de septiembre de 2012

eL NOMBRE DE DIOS



                                Jehova o Yahvé
En la Biblia no es extraña la costumbre que tenemos hoy día de dar nombres porque a los padres les gustan. De hecho, algunos nombres aún a pesar de tener un significado extraño, son asignados porque gustan a los padres como suenan: Ej. Débora = “Abeja”, Ester = “Mirto” y Ahicam = “Mi hermano se ha levantado”. En otros casos, la persona le ponía el nombre a los hijos porque quería simbolizar algo; Isaías le llamó a un hijo suyo “veloz es el botín, rápida es la presa”, queriendo representar la caída de Israel ante Asiria (Is 8:1-4)
Sin embargo, encontramos otros nombres en la Biblia que parecen coincidencias, ya que luego el carácter de la persona coincide con lo que su nombre representa.En el caso de Isaías, su nombre significa “Yahvé Salva”; el nombre perfecto para un profeta que anunció la venida del Mesías. Realmente no se trata de coincidencia, sino que Dios influyó en la mente de sus padres para que le pusieran ese nombre, ya que Dios tenía un plan para Isaías.
También nos encontramos con otras situaciones en la Biblia en las que Dios “cambia” el nombre de una persona, queriendo indicar que la vida vieja ha finalizado y comienza una nueva: Abram (padre enaltecido) a Abraham (padre de multitud), Jacob a Israel, Simón a Pedro y Saulo a Pablo.
El asunto de los nombres de Dios era muy importante para los judíos.
En el propio evangelio, Jesús nos dice “todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre os lo dará” (Jn 16:23). “Por tanto id, y hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28:19)
Incluso, los discípulos y otros seguidores (70 en total), echaban demonios en el nombre de Jesús: “Señor aún los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lc 10:17)
El nombre de Dios debe estar cargado de simbolismo, y eso es lo que vamos a descifrar ahora.
Después de las manifestaciones de Dios a Noé y su descendencia, se podría decir que la religión de Israel comenzó a tomar forma en el año 2100 A.C con Abraham,el Dios de Israel hizo un pacto con Abraham y a partir de ese momento su descendencia se refería a él como “el Dios de los padres” o “Dios de Abraham, Isaac y Jacob” (Gn 31:29, 42, 53, 46:1).Este “Dios de los padres” no estaba ligado a ningún santuario sino que se manifestaba al líder de la familia y le ofrecía orientación, protección, descendencia y posesión de la tierra (Gn 12:7, 28:15, 20)
La primera referencia que tenemos acerca del nombre de Dios es la que él mismo nos da: << Yo soy el que soy” (Ex 3:13-14).
Moisés se atrevió a preguntarle a Dios cómo se llamaba; No se conformó con denominarlo como “Dios de nuestros padres” o designarlo por sus hechos poderosos; quería saber su nombre, ya que el pueblo se lo preguntaría.
Dios respondió a Moisés “Yo Soy el que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros”
Ese es por lo tanto el nombre de Dios “Yo Soy”. La voz hebrea original es “Ehyeh asher ehyeh[1]” y su traducción literal es “Yo seré el que seré”, lo cual pone de manifiesto a un ser divino que tiene existencia sin fin; eterna; El que soy hoy y seré mañana. También soy el que fui.
Por lo tanto, la voz hebrea para designar a Dios es ”Ehyeh”=Yo Soy. Este nombre proviene seguramente de la forma arcaica de este verbo “hawah”.
La realidad es que desconocemos cómo estaba escrito este nombre en el idioma en el que Moisés escribió el Pentateuco en el s.XVI aC (probablemente Jeroglífico o Acadio, ya que las primeras formas de escritura paleo-hebrea no aparecieron hasta el siglo XI aC), y lo único que nos ha llegado es la escritura hebrea consonántica de letra cuadrada del S.V A.C : <<היה >>[2] (H-1961) que traducido a caracteres de nuestro alfabeto es YHWH.
Estas cuatro consonantes YHWH, conocidas como el “tetragrámaton” se pronunciaban de manera que sonaban parecido a “Yahweh”, que es la expresión empleada en la mayoría de las Biblias católicas.
Sin embargo los judíos tenían temor supersticioso de emplear este nombre ya que entendían Levítico 24:16 como sigue “El que pronunciare el nombre de Dios (YHWH) ha de morir irremisiblemente” Esto era así ya en el siglo IV aC, y este nombre lo pronunciaba solamente el sumo sacerdote el día de la expiación en el lugar Santísimo.
Tal era su respeto hacia este nombre, que tras escribirlo en el proceso de copia se detenían para limpiar la pluma.
En la lectura pública en la Sinagoga pronunciaban otra palabra en sustitución del nombre sagrado, que podía ser ADONAY (Señor) o ELOHIM (Dios).
Para no equivocarse y evitar pronunciar el nombre de dios en vano, se escribía esta expresión sustituta ADONAY o ELOHIM al margen del rollo a la altura de donde figuraba el tetragrámaton para recordarle al lector lo que leer.
No obstante, a pesar de estas precauciones, en ocasiones el lector se despistaba y pronunciaba el nombre sagrado YHWH, por lo que con el tiempo idearon una fórmula más compleja que consistía en incluir las vocales de Adonay entre las consonantes de YHWH de la siguiente manera:
                                                 aDoNaY + YHWH = YaHoWaH, en castellano Jehova
La expresión así formada, Jehová, comenzó a popularizarse en la edad media, y figuró en el Antiguo Testamento que constituye la Biblia Rabínica de Samuel ben Yaacob, que sirvió de base para la Reina Valera de Biblia del Oso de 1569 de Casiodoro de Reina, siendo esta la razón por la que figura en nuestras Biblias.
Aunque Dios se definió a si mismo como “Yo Soy” y existía un temor reverente hacia Su persona, el pueblo lo reconocía como el Dios que se preocupa de los hombres en situaciones concretas, que escucha las súplicas de su pueblo y le incita y ayuda a salir de las dificultades,
por lo que la Escritura nos lo presenta con otros muchos nombres y adjetivos para describir sus atributos.
Básicamente, los judíos se referían a Dios en el AT con tres términos o familias de términos:
a.- El, Eloah, Elohim
b.- Adonay (o Adonai)
c.- Yahveh (o Jehová)
1.- Los nombres compuestos de “El” más importantes son:

a.- El-Shadday: “Dios Todopoderoso” u Omnipotente. Usado especialmente en relación a los patriarcas y la promesa de una descendencia (Gn 28;3, 35:11, 48:3, Ex 6:3)
b.- El-Olam: “Dios de la Eternidad” (Gn 21:33)
c.- El-Roi: “Dios que me vé” (Gn 16:13). Este es el Dos que proteje a Agar en el desierto.
d.- El-Bertth: “Dios del Pacto”. (Jueces 9:46), relacionado con el pacto que se hacía en el templo cananeo de Siquem de degollar un asno
e.- El-Elohe-Israel: “El Dios de Israel” (Gn 33:19,20)

2.- El segundo grupo es Adonai (aparece unas 300 veces en el AT. Es la voz que se solía pronunciar en lugar del tetragrámaton YHWH). La versión Reina Valera lo traduce por “el Señor” y significa “aquel que gobierna sobre todo lo que está fuera de él”; recalca su soberanía como rey.
Se utiliza para referirse a los hombres y las tacones en su relación con Dios, al que reconocen su autoridad y dominio.
Esta expresión se traduce por Kyrios (Señor) en el Nuevo Testamento y también se aplica a Cristo, lo cual es muestra de la divinidad que le atribuía a quien escribía.
3.- El último nombre es Yahvé (o Jehová), que aparece 6828 veces en el AT hebreo. Es el nombre personal e íntimo de Dios, por el cual su pueblo podía invocarle como Señor que había hecho un pacto con ellos. También figura en la Biblia Reina Valera para sustituir en ocasiones a Elohim y Adonai.
1.    Yahvé es el más sagrado y característico de los nombres de Dios y lleva implícito el tetragrámaton revelado a Moisés.
2.    Este es el nombre empleado en el AT cuando se quiere hacer referencia a la acción salvadora de Dios.
3.    Su forma abreviada es “Jah” y forma parte de la raíz del nombre de Jesús “Yeh-Osuah” (Dios – Salva)


DIOS PROTEJE Y ORDENA  LA VIDA DE SU PUEBLO.
Dios se presenta como el Señor de la Alianza. Lo hizo  primero con Abraham, a quien le anuncia una tierra, y descendencia siempre y cuando  permanezca fiel a sus mandatos,  de ser Yahvé  su Dios, él permanece siempre fiel.
Puesto que Dios lo pone todo, la Alianza no es un contrato recíproco, en este sentido es unilateral, el dueño de la Alianza es Dios. La Alianza tiene dos dimensiones: es una promesa solemne, un compromiso permanente por parte de Dios; y a la vez es una llamada a Israel para comprometerlo a una vida conforme a ella.
Dicha llamada se concretiza en la entrega del Decálogo, Carta Magna  de la Alianza. El Dios de la Alianza es Dios Único  que reclama para Sí solo el derecho sobre su pueblo. Es un Dios celoso, que considera  la idolatría  como el más grave atentado  a la Alianza, Pero siendo cierto que exige fidelidad a su pueblo, también Él la ejerce por adelantado y en medida extremadamente rica.
ALIANZA Y CREACIÓN
La Alianza es unilateral y proviene sólo de Dios, podemos decir que Dios realiza su Alianza  con los hombres  desde el momento mismo de la creación. La preocupación de Dios por el hombre, hace ver que creó  el mundo destinado a ponerlo en manos del hombre.
Dios al crear al hombre se compromete con él y le exige que le corresponda, obedeciendo su voluntad, pero el hombre traicionó la alianza y fue expulsado del paraíso, a pesar de la traición, Dios nunca  destruyó su imagen plasmada  en su creación. Por eso en la creación se destruye el compromiso radical, absoluto por parte de Dios que ha hecho alianza con el hombre.

EL DIOS DE LA ALIANZA ES UN DIOS PERSONAL.
A diferencia de los pueblos paganos, donde su dios se manifiesta como una fuerza o antropomorfizados, el Dios de Israel el Dios de Israel se presenta como Legislador, Misericordioso, se compromete, ofrece su Rostro. Se presenta como YO que busca en el hombre el tú. De hecho a Moisés  se revela como el “YO SOY EL QUE SOY”.  Si no fuera un dios personal, no sería capaz de hacer Alianza con los hombres.
En la Alianza podemos contemplar un rebajamiento de Dios a la medida del hombre, que es expresión de su amor. Esta es clave para descubrir la fidelidad  de Dios con un pueblo que siempre quebranta la Ley, por lo tanto la Alianza. Pero él permaneció fiel hasta entregarnos a su propio Hijo, por cuya Sangre derramada hemos restablecido la Alianza y ya no será quebrantada.
ACTIVIDAD
1.- ¿Cuál es el verdadero nombre de Dios? Explica tu respuesta.
2.- ¿Cómo Dios nos ha revelado su nombre?
3.-¿Por qué hemos tenido problemas para conservar el nombre revelado a Moisés?
4.- ¿Cómo denominaban a Dios los patriarcas? ¿Por qué?
5.-¿Por qué podemos nominar a Dios como Señor y como Dios de las Promesas?
6.- ¿Qué significado tiene la Alianza?
7.- ¿Se ha revelado nuestro Dios como persona?
8.-Explica con tus propias palabras las dos dimensiones  de la Alianza.
9.-¿Por qué decimos que el pueblo siempre quebranta la Ley de Dios? Realiza ilustraciones






LA SANTIDAD CAMINO DE PERFECCIÓN


                     LA SANTIDAD CAMINO DE PERFECCIÓN
En el Antiguo Testamento el hebreo Kadosch (santo) significaba estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio de Dios. El pueblo de Israel se conocía como santo por ser el pueblo de Dios.
La santidad de las criaturas es subjetiva, objetiva o ambas. Es subjetiva en esencia por la posesión de la gracia divina y moralmente por la práctica de la virtud. La santidad objetiva en las criaturas denota su consagración exclusiva al servicio de Dios: sacerdotes por su ordenación; religiosos y religiosas por sus votos; lugares sagrados, vasos y vestimentas por la bendición que reciben y por el sagrado propósito para el cual han sido reservados. 
La santidad de Dios identificaba su separación de todo lo malo.
Los seres humanos son santos cuando se apartan del pecado y viven según la voluntad de Dios.
Jesús es EL SANTO que santifica a todos quienes a Él se acercan
“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador y consumador: Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48)  ... Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro de su estado”  .
Por el Bautismo todos somos llamados a la santidad. La santidad es la presencia de Dios reinando en el corazón del creyente. La Iglesia comunica las gracias necesarias que proceden de los méritos de Jesucristo. 
Amar a Dios sobre todo
Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.  Este es el mayor y el primer mandamiento. Mateo 22:37-38
Querer ser santos:
La Santidad es obra de Jesús pero Él no se impone. Requiere la respuesta libre del hombre. Quien ama a Dios desea responderle con todo el corazón, se esfuerza y persevera con la ayuda de la gracia para vencer la tendencia de la carne (pecados capitales) 

Hay ambiciones que son pecaminosas y otras que son necesarias para la santidad. San Pablo dice: ”¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente" I Corintios 12:31. Ese camino es el amor a Dios y al prójimo puesto en práctica, imitando el amor perfecto que es Jesús. No desear otra cosa que agradarle en todo. Cuando agradarle requiere abrazar la cruz, bendita sea. Todo por por Él y para Él.
 
Aspirar a la santidad es vivir humildemente para Dios: "¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?  De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer." Lucas 17,9-10

“Es propio de un alma cobarde y que no tiene la virtud vigorosa de confiar en las promesas del Señor, el abatirse demasiado y sucumbir ante las adversidades” .

“El alma que ama a Dios de veras no deja por pereza de hacer lo que pueda para encontrar al Hijo de Dios, su Amado. Y después que ha hecho todo lo que puede, no se queda satisfecha, pues piensa que no ha hecho nada” -San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 1.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así te desea mi alma, oh Dios... ¿Cuándo vendré y apareceré ante la cara de Dios? -Sal. 41.

Un deseo concreto, que se aplica cada día.
¡Perseverancia!

Muchos se entusiasman por Cristo, pero como la semilla que cae en mala tierra, no perseveran, se dan así mismos "permiso" para aflojarse y pronto se quedan atados a los gustos y preocupaciones que desplazan a Dios del centro de sus vidas.

 “Me dices que sí, que quieres. -Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un pobrecito sensual su placer?
“-¿No? -Entonces no quieres” 
J. Escriva de Balaguer, Camino, n. 316

Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?  Mateo 16:26

No esperar frutos fáciles. Es lucha de toda una vida
“Aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera” -Santa Teresa, Camino de perfección, 21, 2

“Hay, pues, que tener paciencia, y no pretender desterrar en un solo día tantos malos hábitos como hemos adquirido, por el poco cuidado que tuvimos de nuestra salud espiritual” - J. Tissot, El arte de aprovechar nuestras faltas, p. 14.
Tener esperanza. Si esta faltara, no seguiremos en la lucha. Creer que la santidad es inalcanzable es una gran tentación. ¡Es mentira!.  Es escapismo. Si. Podemos ser santos porque Dios da la gracia y los medios. Dios no falla. Muchos han sido los grandes pecadores que llegaron a ser santos. Leamos la vida de San Pablo y San Pedro. Leamos los Hechos de los Apóstoles para ver la obra del Espíritu.
LOS SANTOS Y NOSOTROS
Según el Concilio Vaticano II

En la vida de aquellos que siendo hombres como nosotros, se transformaron con mayor perfección en imagen de Cristo (2 Cor 3,18) Dios manifiesta al vivo entre los hombres su presencia y su rostro.

Veneramos la memoria de los Santos del cielo, con la unión de toda la iglesia por su ejemplaridad; pero en el espíritu se vigorice por el ejercicio de la caridad fraterna (Eph, 4 1-6). Porque así como la comunión cristiana entre los viadores nos acerca más a Cristo, así el consorcio con los Santos nos une a Cristo de quién, como de fuente y cabeza, dimana toda la gracia y la vida del pueblo de Dios. Es, por tanto, sumamente conveniente que amemos, a estos amigos y coherederos de Cristo, hermanos también y eximios bienhechores nuestros; que rindamos a Dios las gracias que les brindemos por ellos, los invoquemos humildemente, y que para impetrar de Dios beneficios por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor que es el único Redentor y Salvador nuestro, acudamos a sus oraciones, protección y socorro “ Todo genuino testimonio de amor que ofrezcamos a los bienaventurados se dirige, por su propia naturaleza, a Cristo y termina en EL, que es la Corona de todos los Santos, Por EL va a Dios que es admirable en sus Santos y en ellos es glorificado. (L.G. N.
·         . Pedimos a María que ruegue por nosotros ante su hijoJesucristo. Ya en las bodas de Cana intercedió y fue capas de adelantar la hora de nuestro Señor. Sabemos que todo milagro viene por obra de Dios, pero la intercesión existe, el Centurión recibió la gracia para su criado a través de la suplica a Jesús, ¿Acaso nuestra madre no puede rogar por nosotros? ¿Qué hijo bueno va negarse a las suplicas de su Madre?
·         En Jn 19: 26 Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo:Mujer, aquí tienes a tu hijo;. 19: 27 Luego dijo al discípulo : ;Aquí tienes a tu madre . Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
·          El Señor Jesús nos deja a María como nuestra Madre. Todo aquel que dice llamarse discípulo de Jesús debe tener a María como Madre. ¿Ya recibiste tu a María en tu casa?
·          Cantar 6,10 Salmo 45, 11-18 “ Entra la hija del rey al palacio del rey radiante de gloria con sus vestidos brocados de oro, quiero recordar tu nombre de generación en generación y que todo los pueblos te alaben” Salmo 45, 11-18
·         . Apocalipsis 12 1 Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
·         . El libro de las revelaciones o Apocalipsis nos presenta la visión de esa mujer encinta, cuyo hijo sabemos que es Jesucristo, ¿Quién es la madre de ese niño? MARIA. Ya el profeta Isaías nos habla de esta profecía, una virgen que esta encinta y tendrá este niño, Admirable, Dios fuerte, Príncipe de paz.
·         . NO HAY VARIAS VIRGENES, La Virgen María es UNA, la madre de nuestro Señor Jesucristo. Lo que cambia es el nombre o advocación, según la región o circunstancia. Las advocaciones se han dado a través de los siglos según las circunstancias o hechos en los países, o por el lugar donde ha aparecido o algún hecho extraordinario.
·         . Dios ha obrado miles de milagros a través de la intercesión de María Santísima, el Santuario de Lourdes donde Nuestra Señora apareció, en Francia, es una muestra de ello, estudiosos y médicos no logran explicar las sanaciones que allí se han recibido.
·         . Nos trajo un mensaje de esperanza, pidiendo conversión y penitencia por las atrocidades de la guerra, predijo la segunda guerra mundial y la caída del comunismo en Rusia.
·         . El mensaje de María se resume: HACER LA VOLUNTAD DE DIOS, “Hagan lo que Él les diga.” María es MODELO DE SANTIDAD, porque siempre hizo la voluntad de Dios.
·         En María, por último, la Iglesia reconoce el modelo de su caridad. Contemplando la situación de la primera comunidad cristiana, descubrimos que la unanimidad de los corazones, que se manifestó en la espera de Pentecostés, está asociada a la presencia de la Virgen santísima (cf. Hch 1, 14). Precisamente gracias a la caridad irradiante de María es posible conservar en todo tiempo dentro de la Iglesia la concordia y el amor fraterno.


 El Concilio subraya expresamente el papel ejemplar que desempeña María con respecto a la Iglesia en su misión apostólica, con las siguientes palabras: «En su acción apostólica, la Iglesia con razón mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido del Espíritu Santo y nacido de la Virgen, para que por medio de la Iglesia nazca y crezca también en el corazón de los creyentes. La Virgen fue en su vida ejemplo de aquel amor de madre que debe animar a todos los que colaboran en la misión apostólica de la Iglesia para engendrar a los hombres a una vida nueva» (Lumen gentium, 65).

Después de cooperar en la obra de la salvación con su maternidad, con su asociación al sacrificio de Cristo y con su ayuda materna a la Iglesia que nacía, María sigue sosteniendo a la comunidad cristiana y a todos los creyentes en su generoso compromiso de anunciar el Evangelio.
ACTIVIDAD
1.- ¿Crees que hoy en día los jóvenes pueden llegar a la santidad? Fundamenta tu respuesta.
2.- ¿Qué es para ti la santidad?
3.- Lee Mt 5,1,11 ¿Crees que estas exigencias de Jesús se pueden vivir actualmente. Explica tu respuesta.
4,-¿Crees que los santos deben de estar separados del mundo (medios de comunicación, política, ciencia, familia, etc.) ¿Por qué?
5.- ¿Cuáles son los medios que la iglesia nos pone para poder llegar a la santidad?
6.- ¿Cuáles son los obstáculos de hoy en día para que no podamos llegar a ser santos? Ilustra y explica las ilustraciones.
7.- ¿Por qué la Iglesia mira como modelo de santidad a la Virgen María?
8.- ¿Por qué es una necesidad la búsqueda de la santidad?

viernes, 15 de junio de 2012


¿Cuál es la causa del pecado?

Dios nos da la vida, con ella la inteligencia, la voluntad y por lo tanto la libertad; además no ha dotado de una conciencia y una ley natural que está inscrita en nuestro ser, por ejemplo la noción de bien y mal, para que cumplamos con nuestra misión.

Dios no puede ser responsable del mal uso que hagamos de aquello que nos ha dado. El pecado es, por lo tanto, una "iniciativa del hombre", es una negativa a colaborar con el plan de Dios en una circunstancia determinada.

El no querer colaborar con el plan del Autor generará forzosamente desorden en la obra de Dios y las consecuencias de este desorden se revertirán contra el mismo hombre que peca y contra sus semejantes, tal como ya hemos visto.

Pero, ¿por qué pecamos aún cuándo conocemos la verdad?


Causas del pecado

Aunque la causa del pecado es el mismo hombre que abusa de su libertad, haciendo lo que me más le gusta y le agrada, sin embargo, hay unos factores que inclinan al hombre a pecar:

1. El principal es el demonio, que nos presenta realidades desfiguradas como si fueran algo deseable y bueno, aunque realmente sean malas. Provoca al hombre tentándolo. Es un ser inteligente y, por ello, engaña al hombre para que se acerque al mal y no al bien.

2. Carne o concupiscencia: instintos y apetitos humanos desordenados. La carne convierte en pecado realidades que son buenas en sí mismas, dentro del plan de la creación de Dios: convierte el sexo en lujuria, el deseo de buena fama en vanidad, la justa aspiración a poseer lo necesario en avaricia, el amor a la patria en nacionalismo exarcebado.

3. Vicios o hábitos de pecado: repetición de actos malos que hacen más difícil la enmienda. Un hombre habituado a la pereza, a malgastar su tiempo, fácilmente tenderá a rehuir el esfuerzo, a no rendir en su trabajo y estará robando a su empresa.

4. Tentaciones: realidades desfiguradas que aparecen ante el hombre como bienes deseables, cuando realmente son nocivas. Hay muchos campos y pueden ser muy sutiles, internas o externas.

5. Peligros de pecado: situaciones externas que propician el ambiente de pecado: falta de educación, hambre, ociosidad, malos ejemplos, anomalías familiares, influencia de estereotipos sociales. P.e. hoy está muy difundida la promiscuidad sexual juvenil a causa de los modelos de comportamiento que se presentan en el cine, televisión, etc.

6. Atractivos del mundo: poder, riquezas, situación social. Son valores buenos en sí mismos si van ordenados al fin de la propia felicidad, a la gloria de Dios y a la salvación del alma. Sin embargo, cuando se convierten en fines en sí mismos nos llevan fácilmente al pecado. P.e. matar para adquirir poder, hacer trampas para conseguir dinero, arruinar a otros para ganar estatus social, etc.

7. Simple egoísmo o apego desordenado a sí mismo: el que sólo busca satisfacer sus deseos es fácil presa de desviaciones morales. Al contrario, el hombre altruista que piensa siempre en los demás, que vive para Dios...tiene grandes garantías de perseverar en el bien.


¿La tentación es pecado?

La tentación, es sólo una inclinación y que no hay que confundir con el pecado, pues en este último se da el paso. No es lo mismo “sentir que consentir”.

Sentir es una reacción de los sentimientos ante algo que provoca atracción o rechazo.
Consentir es un acto de la voluntad, es una decisión.

No es pecado sentir. Para que haya pecado tiene que intervenir la voluntad. Sólo cuando decidimos aceptar la invitación hay pecado.

La tentación es una sugestión interior, que por causas internas o externas, incita al hombre a pecar. Actúan engañando al entendimiento con falsas ilusiones, debilitando a la voluntad, haciéndola floja a base de caer en la comodidad, la negligencia, etc., instigando los sentidos, principalmente la imaginación, con pensamientos de sensualidad, de soberbia, de odio, etc.

Por ello hay que huir de toda ocasión de pecado, es decir las situaciones que favorecen la aceptación del pecado.

El ambiente nos puede arrastrar a cometer muchos pecados de pensamiento, palabra, obra u omisión, pero nuestras conciencias, si están bien formadas, nos ayudarán a distinguir si nuestros pecados son lo suficientemente graves como para haber roto la amistad con Dios.



Para que sea pecado mortal, deben cumplir con tres condiciones:

1. Materia grave.
Esto se cumple cuando vamos directamente en contra de la ley de Dios, cuando rompemos con el orden establecido por Él. No es que nos desviemos, sino que vayamos exactamente en sentido contrario a las indicaciones que Dios nos da a través de nuestra conciencia y de la ley.

2. Pleno conocimiento.
Sabemos que la materia es grave, sabemos que es una rebeldía contra Dios y aún así elegimos hacerlo.

3. Pleno consentimiento.
Usamos nuestra libertad y nuestra voluntad para hacerlo. Lo queremos realizar conscientemente y no porque algo o alguien nos obliga.

Cuando falta alguna de las condiciones anteriores, entonces se trata de un pecado venial. No nos hace merecedores del infierno, pero debilita la amistad con Dios y nos hace más débiles para luchar con las tentaciones del demonio, del mundo y de la carne.

Un hombre que se habitúa al pecado venial es muy fácil que se acerque al pecado mortal.



Opiniones

1. Laxismo permisivista: todo está permitido al hombre.
2. Relativismo: es la religión del “viste como quieras”, total, todo es relativo, depende desde donde lo mires.
3. Moral de situación: depende de la situación o circunstancia.
4. Liberalismo total: yo tengo mi libertad y puedo hacer lo que quiera.
5. Epicureísmo: es bueno lo que me agrada, es malo lo que me molesta o fastidia.



Malicia del pecado: ¿Por qué mi pecado hiere a Dios?

A) Porque se desobedece a la conciencia que es la voz de Dios que resuena en nuestro interior, mandándonos unas cosas y prohibiéndonos otras. El hombre al pecar desprecia esta voz de Dios.

B) Porque Dios es el fin y felicidad del hombre, y el hombre al pecar toma como fin a las criaturas en lugar de Dios. En todo pecado hay una elección implícita pero consciente en favor de otros fines que no son Dios, de otros fines que Dios ha creado precisamente como medios para acercarnos a Él: el amor sexual, los bienes materiales, la capacidad de juzgar, etc. El hombre prefiere quedarse con los medios y disfrutar de ellos, olvidándose de su verdadero fin, que es Dios.

C) Porque Dios es el Bien Sumo e infinito que se ve rechazado por un bien creado, perecedero y de menor calidad. Deleitándose en bienes que producen placeres efímeros y fugaces, se desprecia el único bien que puede saciar las ansias de felicidad.

D) Porque Dios, siendo el Señor, es despreciado, ya que el hombre al pecar se sustrae a su dominio, no quiere obedecerle. No hay motivos para justificar este rechazo ante la grandeza de lo que se desprecia. Simplemente no lo valora, y esto duele al que hace el regalo.



Consecuencias del pecado

A) A nivel personal: hastío, desánimo, desesperación y ansiedad, falta de paz, idolatría práctica, vivir sin brújula, inmadurez crónica (capricho, egoísmo, soledad).

B) A nivel social: injusticias, explotaciones, estructuras de pecado



Ánimo, amigo, vive la amistad con Dios, como el tesoro más importante. No te dejas robar este tesoro. Echa fuera de tu vida el pecado, y vive la amistad con Dios, transmitida con alegría y ganas de vivir.

ACTIVIDAD

1.- ¿Será lo mismo sentir que consentir? Fundamenta tu respuesta.

2.-¿Cuáles crees que son los pecados más comunes en nuestra sociedad?¿Por qué?

3.- Explica las siguiente frases: “Dios ama al pecador pero detesta el pecado”, “Dios perdona el pecado pero no el escándalo”.

4.-¿Hay pecados sociales? ¿Cuáles? ¿Qué podemos hacerlo para combatirlo?
5.-¿Cuáles son las consecuencias del pecado?
   

Los laicos en la Iglesia
     



El término “laico”

La palabra «laico», es un derivado del término latino “laos” que significa “pueblo”; fue acuñado muy temprano por el cristianismo y nunca, en ninguna cultura, menos en el cristianismo, significó que alguien no tuviera ninguna religión como se ha pretendido interpretar este en nuestro país, por la influencia liberal y del iluminismo francés con su connotación anticristiana. Esta interpretación desde luego está equivocada y está en contra de las tres grandes religiones monoteístas del mundo; por lo tanto, dar la interpretación de laico como una realidad arreligiosa, en el fondo expresa una ignorancia.

Los laicos y el clero

Cuando la Iglesia Católica pasó a ser la religión oficial del Imperio Romano, en el año 313, se especificó un poco más el término laico. En esta coyuntura histórica estaba muy definida la diferencia entre los miembros de la Iglesia cuyo primer nivel era el “laos”, el pueblo, que en su mayoría eran personas que no habían tenido acceso a la educación y que no dominaban el latín, pero que participaban activamente en la vida de la Iglesia sin ser sacerdotes, obispos o monjes. No se debe entender con esto que el término fuera despectivo.

Otro grupo o segundo nivel lo formaban los clérigos. “Cleros” es una palabra latina que se traduce como separados, en referencia a aquellos o aquellas que se separaban del pueblo y adquirían un compromiso como diáconos, presbíteros, monjes o monjas. Así fue que se formaron dos estilos de vida: los clérigos (los cleros, separados) que se distinguían con el uso de un “hábito”, y los laicos (que pertenecían al pueblo).

Entre los clérigos ha existido una especificación importante. Hay un clero secular y un clero regular. El clero secular, para derribar la idea de que la Iglesia desprecia al mundo, es el que está inmerso en las realidades terrenas; la palabra secular viene del latín “saeculum” que se traduce como “siglo”, entonces el clero secular es el que va con el siglo, que no está bajo un reglamento, sino bajo la disposición del Obispo y que vive en el mundo; tiene su casa y su vida al lado del pueblo y también es llamado clero diocesano, por pertenecer a una diócesis.

El clero regular, en cambio, lo integran aquellos que viven total o parcialmente en un convento. La palabra ‘regular’ tiene su raíz en el latín “regula” traducido como regla. Sus miembros viven bajo un estilo, un regla de vida muy específica.



El resurgimiento de los laicos en la vida de la Iglesia

Uno de los aspectos negativos en el caminar de dos mil años en la vida de la Iglesia ha sido, en algunos momentos y en algunos lugares, creer y asumir que la inmensa tarea pastoral depende únicamente del clérigo. Esto es un grave error que tiene su recurrencia. En el principio de la vida de la Iglesia el papel de los laicos fue muy importante, tanto de los hombres como de las mujeres. El primer impulso evangelizador de la Iglesia se realizó a través de laicos.

Posteriormente, poco a poco por la idea de que la perfección cristiana obliga a retirarse del siglo y concentrarse más en la vida interior y cambiar el modo de vestir y de actuar, se fue haciendo la idea de que lo importante era el estado clerical, y por lo tanto se requería vestir un hábito y pertenecer a una orden, lo que contradecía los inicios de la tradición cristiana donde la orden de las viudas, de las vírgenes, entre otras, eran órdenes laicales.

En 1962, en la celebración del Concilio Vaticano II, uno de los temas obligatorios y centrales fue restituir al laico, al seglar, su lugar imprescindible en la actividad de la Iglesia Católica, para que los laicos no sólo fueran objeto de la evangelización sino protagonistas y responsables de esta tarea; de ahí surgió el Documento del Concilio llamado «Apostolicam actuositatem» que está de dedicado al laico.

La vocación del laico en la Iglesia

Desde la celebración del Concilio Vaticano II se ha venido perfilando la vocación del laico como miembro de la Iglesia. Esta vocación la presentamos el año pasado en el lema del Congreso Diocesano de Laicos: «Hombres y mujeres de Iglesia en el corazón del mundo»; esta es la vocación primera del laico: hombres y mujeres en comunión con la Iglesia, seguidores de Jesucristo, pero que no viven en el convento, que no traen un hábito, sino que viven en el corazón del mundo, y el corazón del mundo son las familias, las fábricas, las oficinas, la política, le economía, el deporte, las comunicaciones; ahí la vocación del laico es santificar el ambiente.

Un buen ejemplo lo encontré en una noticia que recientemente leí: en África, donde la conversión de un islámico al cristianismo merece la muerte, muchos musulmanes se están haciendo católicos, contrario a la creencia de que era imposible que un islámico se convirtiera al cristianismo. Lo curioso es que como los amenazan de muerte, huyen un tiempo de su lugar de origen a un lugar donde ser católico no esté penalizado, pero después de un tiempo de empaparse de Dios, de la fe católica, vuelven a su tierra para ser misioneros sin temor de dar la vida por su fe. Aquí está la vocación esencial del laico, no separarse del mundo sino vivir inserto en él, y desde él, evangelizar.

Protagonistas de la evangelización

Los laicos, pues, deben ser los principales protagonistas de la evangelización; ellos deben llegar a donde no llega el sacerdote o la religiosa; ellos deben ser los evangelizadores de avanzada. Esta es la hora del laico, de los seglares conscientes que no deben separarse del mundo para realizar su labor. Por lo mismo, no es correcto que cuando a un laico de una parroquia lo llamen a ser ministro o ministra de la Comunión le quieren imponer un hábito o distintivo; lo más correcto es que mantengan su vestimenta seglar. Que los laicos no se clericalicen y que los clérigos no se laicisen.

ACTIVIDAD
1.-¿Qu'e es para ti un laico'
2.- ¿Qué actividades podrías hacer tú como joven en favor de la iglesia?
3.-.-¿Por qué los laicos debemos ser protagonistas y responsables de la tarea evangelizadora?
4.-.-¿Los laicos podemos llegar a la santidad? Fundamenta tu respuesta

martes, 10 de abril de 2012

La misión de la Iglesia: Evangelizar

3ero de secundaria
La misión de la Iglesia: Evangelizar

Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.

Si leemos el  Evangelio de Marcos, nos encontramos como mandato final de Jesucristo con estas palabras:
Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura”.

Un mandamiento que entraña una grave obligación, porque la salvación la ha condicionado Dios a la fe y al bautismo, ya que sigue diciendo Jesús:
El que crea y se bautice, se salvará; pero el que se resista a creer, se condenará”.

Por lo mismo, la Iglesia se encuentra ante un deber ineludible: evangelizar. La predicación del Evangelio, la Fe y el Bautismo están de tal manera entrelazados que no se pueden separar. Sin predicación, no hay fe; sin fe no hay bautismo; sin bautismo no hay salvación.
¿Qué debe hacer entonces la Iglesia, qué debe hacer cada comunidad cristiana, qué debe hacer cada bautizado? Ser instrumentos fieles en la mano de Jesucristo para llevar a todos el misterio de la salvación, continuando la misión que el mismo Jesucristo trajo al mundo recibida del Padre, y para la cual lo llenó el Espíritu Santo:

El Espíritu del Señor me ha ungido para anunciar a los pobres la gran noticia: ¡ha llegado la salvación!
La primera beneficiada por el cumplimiento de esta misión será la misma Iglesia, lo será cada comunidad cristiana, lo será cada apóstol. Pues su mismo trabajo y su empeño por evangelizar los irá renovando en la fe que recibieron en el Bautismo.

Cuanto más evangelicen, más se robustecerá su propia fe. Dar la fe con entusiasmo creciente es la mejor manera de agradecer a Dios el don de la fe y el mejor medio para conservar y acrecentar la propia fe.

Ahora, más que mirarnos cada uno en particular y mirar a toda la Iglesia, nos centramos en la comunidad cristiana a la que pertenecemos: la parroquia, la asociación, el movimiento en el cual nos hemos comprometido... En esta pequeña comunidad se centra para cada uno la Iglesia universal, y en esa comunidad desarrolla cada uno de nosotros la labor que le toca como miembro de la Iglesia.

¿Qué vemos, qué observamos alrededor de nuestra propia comunidad? ¿Qué desafíos nos presenta?
Ante todo, nos damos cuenta de que son muchos los que desconocen prácticamente a Jesucristo. ¿Podemos quedarnos indiferentes, y no llevarles el conocimiento del Señor Jesús?
No hay comunidad cristiana, no hay cristiano alguno, que esté libre de la obligación de hacer conocer a Cristo en todo el mundo. ¿Y cuál es la parte del mundo, sino la que está a mi alrededor, la que me toca a mí como campo de mi trabajo, como parcela en la que yo debo sembrar el Evangelio?
Cuando miramos así a la Iglesia como un campo inmenso que abarca todo el mundo, pero dividida en multitud de parcelas que no rompen la unidad, sino que todas se conjuntan en la misma y única Iglesia, entonces entendemos eso de cuidar cada uno de nuestro metro cuadrado, es decir, de esta parte de la Iglesia que me toca a mí, la que está a mi alrededor, y de la cual yo voy a responder. Es entonces cuando se siente la urgencia del apostolado, y nadie tiene el mal gusto de quedarse con los brazos cruzados mientras hay tanto que hacer por Jesucristo y por el Reino de Dios.
Los medios que la Iglesia pone a mi disposición para evangelizar son muy antiguos y resultan siempre nuevos:
·         La catequesis, por la cual enseño a los demás las verdades de la fe que no conocen. ¿Estudio yo a Cristo y la doctrina de la fe, para poder comunicarlo a los demás que lo necesitan?

·         La liturgia, el culto de la Iglesia, que con la Palabra, los Sacramentos y los demás signos, es una lección continua de la fe cristiana. ¿Participo activamente y hago participar a los demás en los actos del culto, sabiendo que con ellos evangelizo de una manera muy poderosa?

·         La oración, con la cual se llega a todas partes y va mucho más allá que nuestra actividad externa. Jesús, contemplando la mucha cosecha que había por delante, fue lo primero que nos encargó: “La mies es mucha, rogad al Señor de la mies que mande operarios a su campo”.

·          ¿Tomamos la oración en la comunidad como la actividad primera de nuestro apostolado?

·         El testimonio, es imprescindible. Hoy al mundo lo convencen los testigos, no los maestros. Si los de fuera nos ven consecuentes con nuestra fe, serán arrastrados hacia Jesucristo y su Iglesia.

·         En medio de nuestras limitaciones, ¿somos católicos convencidos, con vida testimoniante?

Todo esto lo desarrollamos en el ámbito de nuestra comunidad particular parroquia, asociación o movimiento, pero nuestra mirada debe ir mucho más lejos: hemos de vivir el espíritu misionero de la Iglesia de tal modo que no haya obra de la Iglesia universal que no nos afecte, que no nos toque de cerca y que no sienta nuestra colaboración en la medida de nuestras posibilidades. El mandato último de Jesús no puso límites geográficos a nuestro apostolado, pues nos dijo:
“Id por todo el mundo.., a todas la gente, a todos los pueblos de la tierra”.

Este mandato de Jesús a toda la Iglesia, a cada comunidad cristiana, a cada creyente en particular a mí, en concreto es enardecedor y es exigente. Nos entusiasma, porque todos hemos soñado alguna vez en ser misioneros, en ser apóstoles. Y aunque nos pida mucho, ¿medimos nuestra grandeza al tener la misma misión que el Señor: llevar la fe, llevar la salvación al mundo entero?

ACTIVIDAD
1.- Realiza un organizador visual del tema.
2.-¿Cómo cumple actualmente la iglesia este mandato de Jesús?
3.-¿Qué nuevas formas de evangelización propones para llevar a cabo esta misión? Fundamenta tu respuesta.
4.- Analiza: “LA FE SE FORTALECE DÁNDOLA”